domingo, 15 de abril de 2012

Lo nuevo...

Sentir que todo acaba, que todo empieza; que se desmorona el mundo y que vuelve a surgir uno nuevo, uno creado para mí, uno que puedo moldear a mi antojo; llorar lágrimas de alegría que arrastran lágrimas ya lloradas, lágrimas de antiguas penas; sentir que resucitan mis labios dormidos, labios que despiertan bajo los besos de unos nuevos labios, labios que encajan como hechos por un molde exacto, labio sobre labio, labio contra labio, labios que danzan en eterna danza; ver unos ojos que me miran y me ven, ojos que reflejan mis ojos, ojos que los traspasan, los llenan y los desbordan; adelantar las manos y tocar una piel ajena que siento como una extensión de la propia; dibujar tus cejas, tu nariz, tus labios (que se abren para besar mis dedos, ahora convertidos en pinceles); recorrer tu mentón, tus mejillas, tu frente; dibujar tu rostro una y otra vez, para que no se gaste de tanto repasarlo, para volver a crearlo, si acaso todo fuera una fantasía; manos que sujetan manos, dedos que acarician dedos, dedos que se entrelazan con otros dedos; ser dos que comparten paisajes, música, caminos... dos que pasean por la vida bailando al son de la misma melodía. Ser tú, ser yo: ser nosotros.

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