O lo digo o exploto...

Me revientan los blogueros que postean, día tras día, semana tras semana, cosas del tipo: "2 y 2 son cuatro, salvo cuando no llevan signo de suma en medio, y entonces son 22", y sus 3200 visitantes firman para decir: "Es estupendooooooo, jamás lo habría expresado así, aunque pensamos exactamente lo mismo. Suerte que te tenemos a ti, que te encargas de plasmar en tus entradas nuestros sentimientos".

Gente, sí, se puede escribir de lo que quiera cada uno, incluso de lo obvio... ¿pero tiene que ser cada post así? ¿Acaso siempre tiene uno que buscar el aplauso fácil? Noooooooooo.

Lo dije y lo mantengo

Hay cosas por las que vale la pena esperar...

"La trampa del teléfono", de Vanesa Pérez Sauquillo

Éste es mi contestador automático.
Para herir, simplemente marque 1.
Para contar mentiras que me crea, marque 2.
Para las confesiones trasnochadas, marque 3.
Para interpretaciones literarias producto del alcohol, marque 6.
Para poemas, marque almohadilla.
Para cortar definitivamente la comunicación,
no marque nada, pero tampoco cuelgue,
titubee en el teléfono ( a ser posible durante varios meses)
hasta que note que voy abandonando el aparato
a intervalos de tiempo cada vez más largos
No desespere. Aguante.
Espere a que sea yo la que se rinda.
Le evitará cualquier remordimiento.
Gracias.

Hay un blog que sigo (http://blogs.20minutos.es/poesia), en el que he descubierto esta joyita de poema y quise compartirlo con ustedes. El blog merece la pena; si les gusta la poesía, no deberían perdérselo.

Mil

Hace unos 365 días, antes de ir a una misa-funeral por la muerte de no me acuerdo quién, decidí crear este blog. La idea nació así, sin más. Escribí la presentación y lo lancé ahí, solito, a la blogosfera (algo así como lo que les pasó a Adán y Eva... al menos, eso es lo que cuentan en los programas del corazón).

Lo cierto es que lo creé por crearlo, para escribir y ya. No esperaba que la gente me leyera (sobre todo porque lo que digo es pura chorrada, histeriqueo de niña de 15... quizás porque no sea más que eso: una niña que sabe cómo crecer pero a la que le da miedo hacerlo).

Sólo quiero agradecer a cada una de las personas que han visitado este rinconcito, sobre todo por haber leído los montones de palabra que dejaba colgados en este tendedero; gracias a todos los que han hecho que el contador de visitas haya crecido hasta MIL.

El hecho de haber encontrado gente maravillosa por el camino (a Juancho, Blonda, Ornella, Mr Vic, Marian y Vir les tengo especial cariño) no hace sino subrayar la idea de que algunas locuras tienen sentido.

Gracias por no dejarme sola, loquitos.